Es “Bagdad Café” una película deliciosa a la par que sorprendente. El personaje que interpreta Marianne Sagebrecht, una turista alemana que abandona al capullo de su marido en mitad de un desierto, en plena América profunda, cerca de la route 66 y que se topa con un bar o motel cutre de carretera, que es recibida con hostilidad, como un bicho raro y que se va ganando la simpatía de todos los del lugar hasta lograr convertir el garito en una especie de cabaret alemán, es sencillamente entrañable. Aunque, dicho sea de paso, no me guste el término. La historia es divertida, hay una galería de personajes curiosos, como el que encarna Jack Palance un antiguo decorador de Hollywood que en encandila con Jasmine, la alemana, a la que se empeña en pintar, lo mas ligerita de ropa que pueda; o Brenda, la que comanda el local con una familia cuando menos extraña. Y mientras, el marido cabreado desde la distancia va viendo lo que ocurre ayudado de unos prismáticos.
Película alemana de 1987, dirigida por Percy Adlon, con una magnifica fotografía, excelente música y guión original. Creo que la vi en el desaparecido cono Astoria, y después en la tele y creo recordar que me hice con el DVD y la banda sonora. Imagino que gran parte del respetable la habrá más que visto. Sinceramente, no aspiro a descubriros el Mediterráneo, pero para aquellos que no la vieron, les animo a disfrutarla y a los otros, no se pierde el tiempo viéndola de nuevo.