El jazz, la llamada música clásica del siglo XX, ha buceado con frecuencia en la música clásica, valga la repetición y ha reinterpretado páginas memorables de la misma. Son muchos los jazzistas de renombre que reconocen ser deudores de Ravel, Debussy, Schoenberg, Satie o Stravinsky, por citar algunos. Igualmente, muchas figuras del jazz no han podido evitar el sucumbir a la tentación de grabar arropadas con una orquesta de cuerdas.
Miles Davis, con la inconmensurable ayuda de Gil Evans, se atrevió con el Concierto de Aranjuez de Rodrigo, en su famoso “Sketches of Spain” . Los hermanos Marsalis, tanto Wynton con la trompeta, como Branford con el soprano, tocan clásica con un rigor extraordinario y sus grabaciones en este campo son muy estimadas. Lo mismo puede decirse de Keith Jarrett que ha abordado a Bach, Mozart, Haendel… De Chick Corea se puede predicar igual, aunque en menor medida, y podríamos seguir con Uri Caine, Bill Evans…etc.
A los micros surcos llevé a Ravel a través del William Breuker Collective, formación vanguardista que lideró el multiinstrumentista neerlandés ya fallecido, que da nombre a la misma. No lo encuentro ahora, por lo que lo sustituyo por nada menos que Ornette Coleman, interpretando a Bach. Por cierto, la presentación de ese disco en Sevilla lo disfruté en el 1995. Ornette con doble sesión rítmica. ¡Una pasada¡ También asoma Fauré de la mano de Bill Evans, esencial pianista del género por excelencia. A Shumann lo rememora Coleman Hawkins, gigante del tenor y el famoso “Romance Anónimo” aparece en una versión larga, pero preciosa, interpretada por una formación liderada por el saxo alto Paul Desmond y en la que están también el pianista Bob James, el bajista Ron Carter y el baterista Jack DeJohnette.
Como decía mi madre toda la música me gusta, me hace sentir mejor, pero el jazz… Pues gracias a ti, Miguel, lo voy entendiendo y voy apreciando las improvisaciones, las desviaciones del tema principal, etc.
Gracias por el enriquecimiento que supone para mí tú blogg