Suelo escuchar Radio 3 mientras cocino. El pasado miércoles 5 de octubre, puse la Radio, estaba emitiéndose “Cuando los elefantes sueñan con la música”, el programa que conduce Carlos Galilea, y había salido de la cocina cuando me pareció oír a Sarah Vaughan, “la Divina”, pero en otro momento me pareció que era Ella Fitzgerald, siendo registros tan diferentes me extrañó esas similitudes y, como no había oído la presentación de Galilea, utilice el shazam que me chivó que quien cantaba era Samara Joy. Le escuché con atención y me quedé prendado por esa bella voz. Samara es una joven de 22 años, neoyorkina de nacimiento, sus abuelos y su padre cantantes de góspel, que tiene una técnica prodigiosa, y que ya ha recibido el Premio Sarah Vaughan, a la mejor cantante del año. El prestigioso sello discográfico Verve, atento al parche, la ha fichado. Ya ha grabado dos discos. Me llegan la semana que viene pero los he oído ya. No cabe duda de que ha nacido una estrella que puede marcar el futuro de las cantantes de jazz. Se ha atrevido además de entrada a cantar estándar. Es decir, se ha atrevido a que se la compare, desde un principio, con las grandes damas. del jazz. Mira por donde, los críticos la comparan con “la Divina” y con la Fitzgerald. Esperemos que el futuro de Samara no se malogre. Que sepa digerir el éxito y que disfrutemos mucho de su obra.
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Un comentario
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Gracias por descubrírnosla. El parecido de su voz con las dos damas del jazz que citas es enorme, como dices