“Beguin the Beguine”, el célebre tema de Cole Porter, fue el éxito que le catapultó a la fama. Seguro que lo bailaron los padres de muchos de los fieles de esta parroquia musical que son los “Micro surcos”, los míos lo hicieron. Pero Shaw fue mucho más que la bailada canción y son muchos los temas que, al frente de su orquesta, convirtió en populares.

Al clarinetista y saxofonista alto y soprano, pero más lo primero, compositor y arreglista no se le puede calificar como un innovador del género, pero sí un divulgador y es posible que muchos aficionados al jazz se iniciaron con la escucha de sus temas.

Nacido en 1.910 su carrera artística sufrió diversos avatares, retirándose durante un tiempo, disolviendo en más de una ocasión sus orquestas, y volviendo a recomponerlas con éxito.  Se retiró definitivamente en 1.954, y uno de los lugares de su retiro fue Gerona. Ganó muchísimo dinero y fue toda una celebridad, pero celoso de su intimidad. Se retiró en pleno éxito, Boris Vian comentó sobre ello: “me admira como un hombre que gana 30.000 dólares a la semana, lo abandone todo porque le están robando su espíritu”. Amante fervoroso del matrimonio, se casó seis o siete veces el hombre, y entre sus mujeres se pueden citar a Lana Turner y Ava Gardner, permítaseme esta licencia de cotilleo.

A pesar de liderar una orquesta predominantemente de blancos, luchando por ostentar la hegemonía del swing con Benny Goodman, contrató durante unos meses a Billie Holiday para que cantara en la misma y la defendió de la discriminación racial que sufría “Lady Day”. En documental que vi hace muchos años en TVE., sobre la vida de Shaw, titulado “Tiempo es lo que nos queda”, contaba el clarinetista estas experiencias. También tocaran en su orquesta Roy Eldridge y Barney Kessel entre otros. Shaw nos dejó ya mayorcito en el 2.004.

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