Seria a mediados de los setenta cuando se produce una especie de boom de la música suramericana, una década después de que se produjera en la literatura. No quiere decir ello que con anterioridad no se conociera en nuestro país dicha música, claro que conocíamos a Atahualpa, Cafrune, etc., el tango y demás, pero no con la popularidad que vivió por aquel entonces. Al menos así lo percibo ahora. Los Chalchaleros, el grupo folklórico argentino de mayor entidad, nos deleitaron con su versión de Zamba de la esperanza, y Angélica, Sapo cancionero, etc., no fueron a la zaga. La música andina mas politizada, se había producido el derrocamiento de Allende en Chile, también se oía y se cantaba, al menos en los ambientes “progres”, Quilapayum, Inti-Illimani, chilenos ambos, Los Calchakis cuyos componentes eran de varias nacionalidades y en el ámbito de los solistas Violeta Parra, sus hijos Isabel y Angel, Víctor Jara, José Larralde, Olga Manzano y Manuel Picón fueron los más reconocidos en la España que ya empezaba a vislumbrar y poco después respirar, aires de libertad. En otra ocasión volveré sobre el tema.

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4 comentarios

  1. Hola. También en aquellos tiempos y hastantes años después se veían en las calles grupos de sudamericanos con sus ponchos y sus instrumentos típicos que han desaparecido por completo

  2. Hola,
    Como me gustaba esa música y me sigue gustando.
    Buenos y bonitos recuerdos de aquellos años.
    Sé luchaba por unos ideales comprometidos para una
    sociedad más justa y solidaria.

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