“No hay que tener miedo a mostrar el alma cuando uno toca y hace lo que ama”, son palabras que define la figura de este guitarrista argentino que toca muchos palos, pero que siempre le sale el tango por algún lado, porque para algo nació donde nació.
Salinas, conforme a la cita que inicia esta perorata, toca expresando lo que le sale de dentro, y eso conlleva que sepa transmitir, que tenga “feeling”, algo que creo que es importante y no sólo en la música, sino en casi todos los terrenos de la vida.
Además de guitarrista es cantante y compositor de largo recorrido. Ha tocado con grandes como B.B. King, George Benson, Hermeto Pascoal, Chucho Valdés, Paco de Lucía, Scott Henderson, Dave Holland, Jorge Pardo, Javier Colina, Perico Sambeat y Tomatito, por citar algunos. Y entre sus compatriotas con Mercedes Sosa, Spinetta, Dino Saluzi, Lito Vitale y muchos más. Ha sido laureado en muchas ocasiones.
Nació en Monte Grande, muy cerquita de Buenos Aires, en 1.958. Su padre y su padrastro, músicos los dos, le influyeron para que tocara la guitarra desde su infancia. Sin embargo, no recibió demasiadas lecciones. Es autodidacta, se fogueó en el pub “El papagayo”, que debe ser célebre por las tierras bonaerenses, y posee una gran capacidad para la improvisación, lo que le hace ser cercano al territorio del jazz, pero siempre con el folclore argentino y el tango presentes.
Qué gran descubrimiento el de Luis Salinas!! Comunica lo que siente, como dices al principio. El segundo tema me ha gustado especialmente: es nostálgico y evocador. Gracias