Mi malogrado amigo Javier de Cambra, escribiendo sobre Boris Vian, decía que nadie podría asegurar que sus días fueran sólo de veinticuatro horas. Ingeniero, inventor, pintor, actor, agitador radiofónico, libretista de óperas, “sátrapa trascendente” del Colegio de Patafísica, trompetista, novelista, cantante, crítico….Pocas facetas se le escapaban a este genio francés de 1920, que además tuvo una corta vida, pues falleció apenas cumplidos los 39 años, víctima de una dolencia cardiaca que le había acompañado toda su vida. Frecuentó la intelectualidad existencialista de su época y conoció a los grandes del jazz como Duke Ellington, Miles Davis y Charlie Parker entre otros. ¡ Las cavas de St. Germain des Pres! El jazz estuvo presente siempre en su vida y fue uno de los primeros en comprender la revolución que supuso el be bop en esta música, enfrentándose a los sectores reaccionarios anclados en el swing como el crítico Pannasie. A través del Boris Vian muchos conocieron el jazz y el jazz posibilitó el conocimiento de Vian. Lo oímos y vemos en su faceta de cantante y de trompetista.

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