La lotería más antigua del mundo - Blog Lotería Manises

Recuerdo que el comienzo de las Navidades, y por ende las vacaciones, lo asociaba en mi infancia a oír, desde la cama, a los niños de San Ildefonso cantar la Lotería desde la radio Marconi, puesta a todo trapo, del Bar Arroyo Hondo, taberna lindante con mi casa de Rute. Entonces no había televisión y estas fiestas eran más modestas, más austeras, más auténticas. El consumo no se había apoderado de nuestras vidas. En mi casa la austeridad presidía nuestra existencia. Incluso no se ponía ningún Belén, ni mucho menos  árbol, sí acaso un Niño Jesús, tan grande del que yo decía que ya había hecho la “mili”, pasaba del dormitorio de mis padres al aparador del comedor, y se le acompañaba del Evangelio abierto por la narración del nacimiento, un velón, y las siluetas de los Reyes Mayos y de la estrella de Oriente, recortadas sobre cartulina negra y pegadas en la pared. Podría resultar original, si, pero austero. Después las cosas cambiaron.

Desde antes de las Navidades mi madre nos incitaba a que hiciéramos algunos pequeños sacrificios, alguna renuncia, y esas acciones buenas equivalían a ir haciendole la cunita al Niño. No recuerdo ahora que obra buena hacía, la verdad sea dicha. Por aquellas fechas también era frecuente que recibiéramos algún chivito vivo, o algún pavo, regalos de clientes agradecidos de mi padre. El posterior asesinato del animalito constituía siempre una tragedia, y a veces, cierta rebeldía para comerlo. Los amigos nos preguntábamos unos a otros “que te van a echar los Reyes”, y claro, había que escribir  la carta a sus Majestades, sin muchas pretensiones, como mucho dos juguetes. Después ya decidirían los Magos. Papa Noel no existió para nosotros. La Misa del Gallo de la Nochebuena siempre era algo especial, y lo mejor, la posterior  salida de los amigos al parque a cantar villancicos, muchas veces cambiando sus letras por otras más mundanas. Mientras en el «Arroyo Hondo», los villancicos no cesaban en toda la noche, a veces sazonados por alguna reyerta. En las Navidades también era costumbre jugar a las cartas, o hacer solitarios, siempre con la baraja española y si jugábamos al “Monte” o a las “siete y media”, lo hacíamos en casa con garbanzos, y si era con pesetillas, mi padre después compensaba al que hubiera perdido. Eran fechas propicias para que arrancara de mi armónica “Hafner” ,que me habrían traído unos Reyes por supuesto, el villancico “Noche de Paz” de Gruber, y algún que otro menos lírico. El día de Navidad visitábamos a las abuelas a pedirle los aguinaldos y, de paso, felicitarlas.

Sirvan estas líneas, con las que muchos os identificaréis, porque viviríais situaciones parecidas, para desearos una Feliz Navidad, Paz y Amor, y además que de una vez nos libremos de esta maldita pandemia, a pesar de la incompetencia política, deberíamos asumir una responsabilidad razonable y practicar la solidaridad y la empatía , entre otros valores. ¡¡ Chin, Chin¡¡

Publicaciones Similares

7 comentarios

  1. Feliz Navidad!! Para mi, desde siempre la Navidad y sus vacaciones comienzan hoy, día 22. Buena suerte!!

  2. No se pueden describir mejor nuestras navidades de antes tan diferentes de las de ahora. Felices fiestas a pesar de todo.

  3. Me traes a la memoria aquél ambientencillo navideño al Son del ruido de los bombos y de las voces estridentes de los niños Cantando la lotería a la vez que se escuchaba el barullo que emanaba de la taberna hasta lo topes de borrachos matutinos, donde se apestaba a copas de anís, a tabaco o al cerrin mojado depositado en el suelo tabernero, para secar los escupitajos de los clientes, ha logrado en mi persona retrotraerme a esos tiempos, donde las viandas navideñas eran muy escasas en mi barrio natal. El Albaicín “graníno y gitanoo”, un barrio gélido, blanco y muy gris para los pobres…
    Miguel, Gracias por tan exquisitas felicitaciones, gracias por tu elegancia y te gran conocimiento del comportamiento humano, entre otros.
    Un fuerte abrazo.

Los comentarios están cerrados.