Voz a veces agresiva, otras veces tierna hasta conmover, siempre cálida y como si estuviera a punto de romperse, así era la voz del “Genio”. Donde situamos a Ray Charles, en el soul encaja, en el blues y en el góspel, también, e incluso en el country y en el jazz. Este hombre gustaba a todos los públicos. Nada de rombos, como los que salían en aquella tele rancia en blanco y negro. Ray lo mismo te lleva a un ritmo frenético, que te hechiza y seduce con esa voz cargada de sentimentalismo.
Nacido en 1932, a los 5 años comenzaría con problemas de visión hasta quedarse ciego cuando cumplió los 7. Se interesó inicialmente por la música clásica, pero escuchar jazz y blues por la radio, le cambió el rumbo. Se reconoce deudor de Nat King Cole, tal vez en lo que voz melódica se refiere, pero también de James Brown y de Louis Jordan.
Como tantos otros también sufrió por su afección a las drogas, la heroína hizo estragos en su salud. A Ray Charles he tenido la ocasión de verlo en dos ocasiones, en Madrid y en Donosti. Cuando vino aquí a la plaza de toros no estaba yo en Málaga, y lo ultimo del Cervantes con la orquesta sinfónica sospeché que iba a resultar un pastiche. Creo que no me equivoqué. El genio falleció en el 2004. Por cierto que su famosa “Georgia on my mind”, que creó Hoagy Carmichael, estaba dirigida a una chica que así se llamaba, El estado de mismo nombre se la apropió como canción oficial,