Descubrí a Stevie Wonder, como he contado en una de las entradas de los singles de mi infancia, a través del “Yester me, yester you, yester day” que mi hermana Carmen llevó a casa. Luego discos como “You are the sunthine of my life” y el majestuoso “Songs in the key of life”, con su “Sir. Duke” al frente, como imagino que a casi todos, hicieron que lo conociera más y mejor. Incluso su relativamente raro “The secret live of plants”, circuló con frecuencia sobre mi plato, hace tiempo que no lo escucho y sé que me seguirá gustando. Es un activista social y uno de los artistas más relevantes del sello discográfico Motown. Y me callo, porque Wonder no necesita de presentación. De niño prodigio pasó a ser un artista completo, aunque tiene sus detractores dentro de los puristas del soul.