Albert Ayler made sublime music. The world was not ready - OPB

Iconoclasta hasta la médula su forma de tocar era única. Saxo tenor, soprano y alto fueron los instrumentos de donde extraía sonidos que nunca se habían escuchado y siguen sin escucharse. Único e irrepetible hasta la fecha. Algunos lo han calificado como “el profeta del caos”. Su música, impregnada de espiritualidad, en ese sentido coincidía con Coltrane que fue su amigo, su mayor influencia, y a su vez, siendo mucho mas joven Ayler influyó en el legendario saxofonista.

Nacido en Cleveland en 1.936, se inició en la música, como tantos otros, en el góspel, y después cuando ingresó en el ejército tocó en bandas militares. Tanto la música religiosa como la militar influyeron en su carrera que no estuvo dominada precisamente por el éxito. Tocó y lideró formaciones con apóstoles del free como Cecyl Taylor, Don Cherry, Dave Murray…

Pionero, visionario, insobornable, hay quien afirma que el sonido de Ayler partía de la necesidad  de expresar ruído, quienes lo vieron tocar en directo comparaban el sonido de su saxofón con el de una tormenta, con una sirena de fábrica, con el estruendo. Su música no se entendió en su momento, al decir de algunos ”un laberinto de espinos” para el que la escuche. Hoy tal vez, se la entiende más, pero sigue siendo inasequible en gran medida. Las propuestas de escucha que os propongo consisten en obras conocidas, pero interpretadas de la forma personalísima que solo Ayler podía expresar.

Ayler no gozó de éxito, ni de fortuna alguna. Fue ayudado para poder sobrevivir a fin de mes por compañeros de profesión, entre ellos Coltrane.

El 23 de noviembre de 1.970 amaneció una jornada fría y seca en Nueva York. El cuerpo sin vida de un hombre cadáver apareció flotando en las aguas saladas del East River. El cuerpo era de Albert Ayler. Así terminó con la miseria, la incomprensión, cuando no el desprecio, que le había rodeado.

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