Le llamaban “el ciego maravilloso”. Quedó ciego en 1.918, con siete años, cuando recibió la coz de un caballo en la cabeza. De ascendencia congolesa nació en la región de Matanzas. Aprendió a tocar el tres, una especie de guitarra de tres cuerdas dobles de acero y fue el “Septeto Habanero”, el que le dio la alternativa en la música. Después de andar por varios grupos comenzó a liderar con éxito sus formaciones. Transformó y revolucionó el son, introduciendo dos trompetas, la tumbadora, a veces con Chano Pozo, y por supuesto, el tres. Como compositor destacó sobremanera llevando a las canciones episodios de su vida. En 1.947, Miguelito Valdés junto con Machito, Mario Bauzá promovieron un baile al que llamaron “El rayo de luz”, en el Hotel Diplomático, para recaudar fondos para sufragar una posible operación que hiciera recuperar la vista a Arsenio, que haría el Dr. Castroviejo en Nueva York. La operación no pudo realizarse porque el tresero tenía muerto el nervio óptico. La decepción que le produjo le llevó a componer “La vida es un sueño” que os propongo oír. Nuestro protagonista es uno de los referentes imprescindibles de la música cubana, tanto en su faceta de compositor, como de tresero, como director de sus bandas. Murió en Los Ángeles el 30 de diciembre de 1.970. No pudo cumplir su sueño de regresar a su Cuba y morir allí. Una inoportuna neumonía lo impidió.