Mi infancia, como creo que la de muchos niños, fue relativamente feliz. Ajeno, como es lógico, a la situación política, sólo las resplandinas paternas o los castigos, pasables dicho sea de paso, por algunas malas notas ensombrecían esa felicidad del ingenuo que piensa que la vida es sólo lo más inmediato que le rodea. La realidad opresora del régimen franquista no la viví hasta que mi salida de Rute empezó a hacerme ver otras perspectivas. Cierto es que había cosas que me chocaban como las clases de “Formación del Espíritu Nacional” en las que tanto se exaltaba al régimen y en las que se comparaba a José Antonio con Jesucristo, “mártires ambos por nosotros”. En cualquier caso, poco antes de salir del pueblo, algo de los vientos de mayo del 68 entraba por las rendijas y nos abría los ojos de que otro mundo, no solo existía sino que era posible. No voy a decir que eran aires de libertad, peso sí se vislumbraba la intuición de que había algo más allá de la rigidez del sistema educativo, de la religión omnipresente y de la grandeza del “salvador de la patria”. Los vaqueros raídos, las camisas de flores, el pelo largo, la minifalda y los pantalones acampanados entraron en nuestro país y fueron signos de cierta rebeldía. Intuíamos que Torremolinos era una especie de oasis de libertad. En este contexto cierta música, que veíamos en blanco y negro en programas como “Sonría por favor”, jugó su papel. Estos grupos que os propongo eran de los que más me gustaban de aquella época.
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3 comentarios
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Que recuerdos Miguel, esta música la “pinchábamos” en los futbolines que montábamos junto a la churrería en las ferias de los pueblos. Imagínate en aquellos años, los vecinos de esos pueblos no escuchaban esta música ni en la radio. Llevábamos 10 o 12 futbolines que colocábamos bajo una estructura de lona, aquello se convertía durante unos días en la discoteca del pueblo, un lugar donde los jóvenes podían relacionarse y escuchar buena música, ya teníamos dos platos y una mesa de mezclas. ¡Cuantas parejas salieron de esos futbolines! Muchas gracias, Miguel.
Bonita historia también, Tomás. Gracias a ti. Un abrazo.
A Los Salvajes no los recuerdo, al resto, sí. Qué tiempos!!