Una segunda y última andanada por aquellos singles de mi adolescencia que llevaba a los guateques, donde se mezclaban con las colecciones de otros amigos. Los primeros guateques se hacían con luz y taquígrafos, por decirlo así. Cuando fuimos mas mayorcitos, hasta la luz del pickup molestaba. Que tiempos¡ Y en verano, eran doblemente calurosos, al calor natural de Rute, se unía el calor de los cuerpos juntitos mientras bailábamos y Los Ángeles cantaban aquello de «Mañana Mañana!, y el calor provocado por los bailes frenéticos al ritmo de Santana, o del «Venus» del disco de Shocking Blue, al que también llamábamos el disco de la raja, (vean la portada e imagínense la calentura de nuestras mentes). Menos mal que había desodorantes. Otros discos que formaban parte de la colección procurábamos no llevar a los guateques, por ejemplo los de Jorge Cafrune o Aguaviva. Es obvio no?.
Hola Miguel, una vez más te felicito por la acertadísima selección de hoy, y una vez más me trasladas al pasado.
Un buen día tomé la decisión de cortar la música cada madrugada de la discoteca Zíngara (donde trabajaba de pinchadiscos) con «Poetas Andaluces» y fue muy bien recibida la reivindicación por público y patronal. Así estuve años.
Los domingos hacíamos dos sesiones, y una de esas tardes, se acercó a la cabina una chica para pedirme su canción preferida: «Nunca te cases con uno de la Renfe» le dije que no la tenía y se puso a cantarla y enseguida se la puse se trataba de «Never marry a railroad man» y cada vez que me acuerdo se me escapa una sonrisa de media comisura (reinterpretando a mi añorado Krahe). A Venus la utilizaba para «despegar» a las parejas más resistentes a seguir con la música disco, producto de las sesiones de lentos con que obsequiaba a mi parroquia cada día. Igual alguno de ustedes son el producto de aquellas baladas rockeras o las vivieron en primera persona.
Besos y abrazos según corresponda.
Como siempre Miguel, magistral. Hoy gracias a ti, la canción de Eloise que siempre se la atribuía a Tino Casal, resulta que que su autor es Barry Ryan. Contigo siempre se aprende. Un abrazo.