Cesária Evora, la “morna” era ella.

La morna es la música propia de Cabo Verde. Es una mezcla de fado, modinha brasileña, tango rioplatense y lamento angoleño. Se le compara con el blues. Posiblemente tenga conexiones culturales, pero no tengo idea más allá del origen africano de la población negra americana, y del contenido tristón de gran parte de las letras. Cesaría Évora, conocida como “la reina de la morna” y también como “la diva de los pies descalzos”, pues aparecía en los escenarios descalza, en solidaridad con los pobres de su tierra. Se inició en 1.957, con 16 años, cantando en bares y tabernas de mala muerte del puerto de Mindelo, por cuatro perras, en este caso escudos,  que le daban los clientes, pobres pescadores,  o por un vaso de aguardiente, o de ron, o de Whisky,  alcanzando celebridad en Cabo Verde, aunque el éxito internacional, le llegó tarde, en 1.991 cuando ya tenía 50 años. Tres años antes fue descubierta por los franceses, y grabó su primer disco “La diva aux pieds nus”. Después siguieron “Sodade” y “Miss Perfumado”, y ya tuvo un reconocimiento mundial, dando la vuelta al globo con sus mornas tristes y sus alegres coladeras. En el 2004 ganó un Grammy.  Era una enamorada del mar, aunque no sabía nadar, hablaba a las olas, porque una anciana le había dicho que “crean una música que nosotros los humanos no entendemos”.  Murió en 2.011, cumplidos los 70. Recuerdo su concierto en el 1.998, en el Cervantes. Me cautivó con su voz profunda y melancólica.