Vinicius de Moraes, broma y tormento.

Nuestro hombre nació en Rio de Janeiro el 5 de octubre de 1913 y escribía versos desde niño. Su imagen jovial, de bromista, aficionado a las copas y a las mujeres,  escondía la realidad de  una persona atormentada, con profundas dudas existenciales y con  trastorno bipolar, y eso se refleja en muchos de sus poemas. Más allá de ser un icono de la bossa nova, Vinicius fue un periodista, poeta con abundante producción literaria y con carrera diplomática que ejerció en Los Ángeles, Montevideo y París. Las malas lenguas cuentan que cuando no se encontraba de buen humor recibía visitas oficiales en calzoncillos, que con frecuencia trasladaba su oficina de trabajo a “Le Bar Anglais” de la capital francesa, y que fue en ese lugar donde el whisky le hizo descender a los infiernos y donde se fraguaron romances furtivos, entre otros con la mismísima Marlene Dietrich.  Era un fiel partidario del matrimonio: el Sr. De Moraes, se casó nueve veces, y según decía “el amor sereno significaba la muerte para él”.  El autor de la letra de “La Garota de Ipanema” murió en 1980.