Carlos do Carmo, señor del fado.
En una mañana del verano del 92 andaba yo paseando por el Barrio Alto de Lisboa. Desde allí contemplaba el estado ruinoso del Chiado, el barrio popular que había ardido cuatro años antes. Fue entonces cuando de una tienda de discos cercana, todavía había tiendas de discos, me llegó una melodiosa voz masculina, que interpretaba…