Credit: Redferns/Peter Symes

Cuenta que fue escuchando “A Love Supreme” en 1.975 cuando empezó a interesarse por el jazz. La escucha del tema emblemático de Coltrane, “su calidad emocional y espiritual” le transformó. Alguna vez, en el silencio de la noche, también lo he escuchado, siempre en solitario y confieso que me ha envuelto en una situación difícil de definir. Lo mismo me pasa con “Ishmael” de Abdullah Ibrahim. Pero bueno, andamos hoy con Marilyn.  Cuenta tambien que tras  su primera actuación con Anthony Braxton, éste ofreciéndole una cerveza le dijo: “Relájate y no toques tantas notas”. Sabio consejo, dado que a veces en el jazz es tanto lo que se intuye como lo que se oye. La economía importa. La Crispell se ha codeado con lo más granado del mundo “free”, desde Cecyl Taylor, el propio Braxton, Roscoe Mitchell,… hasta Wadada Leo Smith, y ha formado el trio Tapestry con Joe Lovano, el Dave Douglas trío con el trompetistas. En fin, que aunque descubriera el jazz de la mano de Coltrane con veintiocho años, pronto recuperó el tiempo perdido, siendo una referencia de la discográfica ECM., y de la música creativa. Como ella se propuso es una especie de síntesis entre el intelecto y la razón, como aquello que cantaba Hilario Camacho cuando se sentía bien: “el alma y la razón se dan la mano”. Tuve ocasión de escuchar a la Crispell en el Picasso. Corría el mes de noviembre de 2.010.

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