Herman Leonard | Art Tatum, New York (1953) | Available for Sale | Artsy

El pianista de hoy es la excelencia en lo que a técnica se refiere. La rapidez con la que toca, el uso endiablado de las dos manos, su perfección, hicíeron de él un pianista maestro de otros muchos. Óscar Peterson era su heredero musical. Fats Walker lo consideraba un dios. Se cuenta de que no quería tocar delante de Tatum, hasta el punto de que dejó de hacerlo una noche, cuando actuaba en un club y entró nuestro protagonista y dijo aquello de ” yo toco el piano como de costumbre, pero hoy dios está entre nosotros”. Pianistas de  música clásica tan grandes como Horowitz y Toscanini se rindieron, al oírlo y verlo tocar, ante la contundencia técnica de nuestro hombre. Y Tatum era ciego. Sólo veía colores y bultos por un ojo. Muchos, entre los que me encuentro, asocian el virtuosismo y exuberancia técnica con la frialdad. Prefiero más feeling y menos técnica. Tatum fue acusado de frío, aunque en algunos discos supera esa frialdad, sobre todo en la serie de Masterpieces.

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