El beso | La Cámara del Arte

Dicen los amigos de la estadística que este tema, canción o copla, como queramos llamarle, es la más versionada de la historia. Vete a saber. Desde luego que versiones tiene y muchas. Seguro que cuando la compuso la mejicana Consuelo Velázquez allá por 1940, no esperaba tal éxito, como tampoco podría suponer que llegarían tiempos en que su estribillo, o lo que se demanda en ella, no se pudiera pedir o fuera peligroso darlo. Son los tiempos difíciles que nos está tocando vivir. Pero ¿cuando ha habido tiempos fáciles? 
Bueno, vamos a la música con dos versiones peculiares de la copla, la de Cesaría Evoria, con el toque de “morna”, de Cabo Verde, mezcla de fado y de la música autóctona de allí, y la de una orquesta fantástica, célebre en su tiempo. En la entrada dedicada al pianista francés Michel Petrucciani, suena una versión, en un trío de lujo, con el bajista británico Dave Holland y con el baterista de Illinois Tony Williams, arropado por un cuarteto  de cuerdas, con cierto aire fúnebre, pero a mí me emociona. No sé al resto del vecindario. Tanto Petrucciani, como Cesaría, como el baterista Williams,  nos han visitado en el Cervantes. Ya no están entre nosotros. Holland todavía sigue dando guerra. La última vez lo vi en Almuñécar. La otra versión es la de la orquesta de Ray Conniff, arreglista, compositor y trombonista, a cuya orquesta  añadió unos  coros, y que fue superfamosa, Me gustaban sus arreglos.
  El beso, ese invento maravilloso. Quién lo inventaría?  Esperemos nuevos tiempos en que se pueda abusar de él.


Publicaciones Similares