
Corría el año 1.995 cuando en un concierto en el Teatro de Sao Luis de Lisboa el fadista Joao Braga la invitó a subir al escenario para que cantara una pieza. Ni ella esperaría que esa participación se convirtiera en el comienzo de su carrera profesional.
En 1.999 publico su primer álbum, titulado genéricamente como su nombre, y recibió el premio a la voz revelación por parte de una reputada revista portuguesa. Fue con la publicación de su segundo álbum “Esta voz que me atraviesa”, en el 2.001 cuando tuve conocimiento de su existencia, creo que a través del suplemento “Babelia” de “El País”, y conocí parte de su música. Después ha seguido publicando discos en los que ha puesto de manifiesto su valor, no solo como una extraordinaria cantante de fados, sino también su compositora.
Su poderosa voz nos lleva de la mano de la “saudade” a la Alfama de Lisboa, que tengo deseos de revisitar en breve o a esos rincones de ese Oporto mágico que visité hace cerca de dos años. Revela Mafalda que “cantar fado le ha servido para reconocerme frágil”. Seguro que tenga ver en ello su voz bien sensible, aunque según muchos desdramatiza el fado, Pero no creo que esté reñida una cosa con la otra.
Os propongo la escucha de cinco temas, entre ellas una bella versión de “La Boheme”. Dejaos subumbir, por un tiempo, a “la saudade”.