A primeros de año hice referencia al movimiento brasileño “Tropicalia” que revolucionó no solo la música, sino la cultura en general de aquel país. Citaba a Tom Zé como uno de los promotores.
Hoy sale a la palestra este músico, compositor, creador, multiinstrumentista, que además se vale de sonidos no musicales, como licuadoras, aspiradoras, lavadoras, bocinas, timbres, sirenas, botellas o maquinas de escribir para incorporarlos a su música, fusionándolos con la guitarra,
Es de la región de Bahía, el próximo 11 de octubre cumplirá los 87, pero el otro día en el programa de Carlos Galilea “Cuando los elefantes sueñan con la música”, presentaron su nuevo trabajo discográfico.
Zé es un innovador irredento, siempre en la vanguardia, estudió seis años en la Universidad de Música de Bahía, entre otros con el maestro Ernst Widmer, a su vez discípulo de Stravinsky, y Bela Bartok.
Tras unos años anteriores de cierto ostracismo fue descubierto por David Byrne en el año 1.976, que lo lanza al estrellato mundial. Su obra mezcla poliritmia, melodía, espíritu de rebeldía….En cualquier caso, la considero muy original.