He visto a Wallace Roney una sola vez y en circunstancias algo especiales, como comprenderéis muy fácilmente.

Correría el verano de 1.998, o tal vez fuera el de 1.999. Estaba en Rute con mi hijo Miguel que tendría 2 o 3 años, según el año que fuera y cubriendo el turno de los hermanos de estar con mi madre que tendría 82 u 83 años. Me entero que Wallace Roney tocaba en Lucena, a 20 km. de Rute. No podía dejar solos a mi madre y a mi hijo, ni tampoco quise comprometer a nadie para sustituirme, así que ni corto ni perezoso, me los llevé a Lucena.

El concierto era al aire libre, en el Castillo. Antes del concierto en El Coso nos tomamos algo, seguro que unas cañas los adultos, Miguelillo no sé, y pasó una extraña procesión de unos tipos que llevaban un santo y que arrastraban los pies de una forma extraña. ¡Cosa más rara de procesión¡.

Roney actuaba en formación de cuarteto, como líder absoluto. No hizo concesión alguna a la galería, ni una balada que nos relajara. No tuvo piedad, fue inmisericorde. Concierto duro, duro. Mi madre me miraba con cara no exenta de desesperación, yo le sonreía amablemente y Miguel se dormía en los temas y se despertaba en los aplausos y se ponía a aplaudir. Los niños si tienen sueño aguantan lo que les echen.

En el descanso la mirada de mi madre invitaba al abandono y, caritativamente, accedí a dar por finiquitada nuestra presencia en el concierto. No sé si en la segunda parte Roney fue más asequible. Los temas que os propongo para la escucha sí lo son.

Mi madre contaba que había estado en un concierto de jazz, que hasta a su hijo le pareció duro. No decía que su estoicismo fue premiado con la liberación de la segunda parte del concierto.

Wallace Roney (Filadelfia, 1960), recibió clases de Clark Terry y de Dizzy Gillespie, entre otros, pero sus estudios los hizo con Miles Davis al que siempre agradeció su desarrollo como músico y como persona. Roney ha sido el único pupilo del gran Miles y uno de sus grandes amigos hasta la muerte de éste en septiembre de 1.991.

En 1.979 y 1.980 recibió el premio de la revista Dwon Beat al mejor trompetista del año, pero a pesar de ello, apenas tuvo trabajo hasta 1.986, a pesar de haber participado en un concierto homenaje a Miles en 1.983, fecha en que lo conoció en Manhattan y en la que recibió una de las trompetas de su ídolo como regalo.

Anduvo tocando en bandas de danza latina y de baile en clubes de Nueva York  hasta que en 1.986 lo llamaron dos bateristas de fuste como Art Blakey y Tony Williams, para que tocara con ellos en sus giras respectivas. Y así fue como estuvo en los Jazz Messengers del primero y en el quinteto del segundo. Y en 1.991 tocó con Miles Davis en Montreux.

Ha tocado también con Elvin Jones, Philip Joe Jones, Herbie Hancock, David Murray, McCoy Tyner, Ornette Coleman, Sonny Rollins, Carole King,  Joni Mitchell y Dizzy Gillespie entre otros.

Muchos le achacaron que no solo heredara una trompeta de Miles Davis, sino también su estilo, que sonara igual que su maestro, ídolo y amigo. Pero ello no es cierto en su totalidad, sino que tiene su propio sonido, sus propias líneas melódicas.

Para llegar hasta donde llegó tuvo que luchar mucho, tal fuera por eso por lo que, ya en la cima, se entregara a la música y ayudara a los músicos jóvenes que integraron sus formaciones.

Victima del coronavirus, falleció en abril de 2.020.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *