De San Luis (Missouri) y de 1.935. Recibió clases de guitarra de su padre que tocaba blues y música folk, pero fundamentalmente fue autodidacta. Debutó con trece años tocando en las iglesias, en las orquesta locales de baile, de rhythm and blues y de jazz con el trompetista Harry Edison. Como tantos guitarristas del género recibió la influencia de Charlie Christian,, pero también de Charlie Parker y de Lester Young.

Pronto formó su propio líder y gracias a la influencia del saxofonista alto Lou Donaldson graba para el sello Blue Note, convirtiéndose en el guitarrista icono de esa casa discográfica y adquiriendo un éxito relativo.

El contacto con músicos como Lee Morgan, Jimmy Smith, Stanley Turrentine y Herbie Hancock le sirvió para ensanchar su panorama musical.

Su estilo es directo, vigoroso y el blues lo dominó de forma notable. No tuvo el éxito que merecía y dirigió sus pasos hacia el pop, por lo que fue criticado por aquello de pasarse a la música comercial. Decidido admirador de James Brown, fue el pionero en conducir a la guitarra por el camino del jazz soul de los años sesenta, como se puede comprobar en la última propuesta de escucha que os formulo.

Tuvo sus problemas con la heroína y con la cocaína, lo que le costó alguna que otra visita a la trena, y seguramente el deterioro de su salud. Nos dejó el bueno de Green en 1.979, victima de un ataque cardiaco cuando era conducido al hospital de Harlem. Tenía cuarenta y tres años. A finales de los ochenta los músicos de hip hop y los raperos comenzaron a utilizar el R&B y jazz de los años sesenta y principio de los setenta, incluyendo a Grant Green. Eso dio lugar a que se reeditaran sus discos con gran éxito, pero Green ya no estaba en este mundo, ni cuando los críticos lo aclamaron como el “padre del acid jazz

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